Resistencia Incaica Y Guerras Civiles Entre Españoles


Resistencia Incaica Y Guerras Civiles Entre Españoles
RESISTENCIA INCAICA
MARCO INTRODUCTORIO
La reacción inicial de la masa indígena frente a la llegada de los invasores hispanos fue de sorpresa y desconcierto. Tanto la élite inca, como las masas indígenas quedaron sorprendidas ante la irrupción repentina de Pizarro y compañía. Embaucados luego por el discurso providencialista de Pizarro, una gran cantidad de pueblos anexados por los Incas vieron en éstos a emisarios celestiales y/o divinos llegados de las aguas con el propósito de devolverles su libertad y restaurar su antigua autonomía preincaica. 
Pizarro, astuto político, supo sacar provecho de esta coyuntura, pactando alianzas con los Curacas de estas naciones, abiertamente enemigas de los Incas, prometiendo liberarlas del yugo quechua y restituirles sus antiguos privilegios perdidos por la invasión incaica. Entre las más conspicuas colaboradoras de Pizarro, tendríamos que mencionar sin lugar a dudas, a los Huancas en primer lugar, Chachapoyas, Cañaris, Yungas, entre otras.
Simultáneamente, la política maquiavélica de Pizarro lo impulsó a intervenir abiertamente en las pugnas intestinas que socavaban a la élite incaica, tomando partido por la facción huascarista, prometiendo restituir en el poder a la legítima dinastía cusqueña, ganándose de este modo la plena adhesión de estos en su lucha fraticida contra los partidarios de Atawalpa, que poco después de la muerte de éste enarbolarán las banderas de la resistencia en contra del invasor.
Por desgracia, la denodada resistencia de los más notables generales atawalpistas: Rumiñahui, Challcochimac y el Apo Quizquis, sucumbieron en una brava y tenaz, aunque inútil y vana resistencia, debido, entre otros, a dos factores gravitantes que, fueron aprovechadas magistralmente por Pizarro: 1. El colaboracionismo de las naciones sometidas al Imperio y, 2. La decidida adhesión de la nobleza cuzqueña personificada en la notable figura de Manco Inca, quien, en un principio fue aliado incondicional de Pizarro, hasta el punto que el caudillo español lo llega a designar inca, en un gesto de aparente justicia a la causa cusqueña, pero que, en el fondo, no era sino la estrategia política de Pizarro para tomar posesión de la capital Imperial y posesionarse definitivamente de los territorios del destrozado Imperio de los Incas.
Una vez en el Cusco, liquidados los últimos remanentes de la resistencia antiespañola, y eliminado todo rastro de oposición atawalpista, Pizarro y sus huestes desenmascarán su verdadera naturaleza pérfida e inmoral, al saquear y profanar el templo sagrado del Sol,  al ultrajar a las nustas y acllas cusqueñas, al entregarse sin rubor a lo más despiadado del pillaje y el vilipendio.
Frente a esta situación, Manco, el otrora dócil y leal Inca, se sublevará y se pondrá al frente de una rebelión que pondrá en jaque a los hispanos y que constituye una de las epopeyas más gloriosas de resistencia que nuestro pueblo le opuso al invasor español. Resistencia que, a pesar de la repentina muerte del joven caudillo en sus dominios de Vilcacamba, será proseguida por sus descendientes, los célebres Incas de Vilcabamba,  quienes mantendrán prendida la llama de la resistencia hasta 1572, en que será apagada por causa de la traición y la salvaje represión del Virrey Francisco de Toledo, “ajusticiando” vilmente al último Inca de la gloriosa dinastía rebelde, Túpac Amaru I.
Cronología Y Periodización De La Resistencia Incaica
LA REBELIÓN DE MANCO INCA Y LOS INCAS DE VILCABAMBA
  1. CRONOLOGÍA:       1536 – 1572
  2. OBJETIVOS:
    1. Recuperar el poder político y restaurar el Imperio Incaico
    2. Expulsar a los invasores hispanos
    3. Castigar a las etnias indígenas aliadas de los españoles.
  3. PERIODIZACIÓN
  1. PRINCIPALES HECHOS
LA REBELIÓN DE MANCO INCA
EL LEVANTAMIENTO:     Luego del ingreso de Pizarro y sus huestes al Cusco, éstos se enfrascaron en acciones de pillaje y saqueo de los tesoros más hermosos del Templo del Coricancha y de otros recintos. A eso se suma la salvaje actitud de opresión, maltrato y abusos que éstos aplicaron sobre las masas indígenas, el ultraje de las bellas acllas y ñustas cusqueñas, provocando estupor e indignación en el joven caudillo y en los más altos dirigentes religiosos y nobles quechuas, que a la postre desembocaría en el levantamiento de Manco Inca.
Es en ese momento que luego de conspirar con el Willac Umu (Sumo Sacerdote imperial), se urdió el plan de engañar a Almagro con el supuesto mito de la existencia de fabulosas riquezas en el extremo sur del Tawantinsuyo, vale decir en Chile. Almagro emprenderá una expedición hacia la conquista de Chile, que lo llevará al más estrepitoso fracaso. De esta manera Manco Inca lograba su propósito de alejar del Cusco a numerosos contingentes hispanos y de indios aliados de los españoles. Pero aun así, al seguir capturado y apresado por los hermanos Pizarro, Manco elabora la treta de la estatua de oro, asegurándole a Hernando Pizarro, que si le dejaba ir personalmente al valle de Yucay, éste le traería el famoso tesoro. Al ser enviado por Hernando Pizarro, Manco Inca aprovechará la situación para sublevarse desde Yucay y levantar a más de 10 mil quechuas, iniciándose con ello la más grande rebelión que pondrá en riesgo la política de colonización iniciada por España durante el siglo XVI.
La revolución de Manco Inca fue el resultado de un plan coherente, cuidadosamente estructurado, que tenía como objetivo destruir los dos centros de poder español en el Tawantinsuyo: Cusco y Lima. El frente de guerra contra el Cusco fue dirigido por el propio soberano, con la colaboración ya mencionada del Willac Umu, y el frente de guerra contra Lima fue  encomendado al general Quizu Yupanqui, que, de no haber sido por la traición de los Huancas  en el momento más crucial del asalto a la capital, otra hubiera sido la historia y probablemente el Imperio incaico se habría restaurado nuevamente.

ETAPAS
OFENSIVA DE MANCO INCA.- Con la ayuda del Willac Umu, Manco inca al mando de más de 20 mil quechuas, venció a los españoles en la batalla de Yucay, obligando a 200 españoles  de refugiarse en Suntur  Huasi, actual iglesia del Triunfo al mando de Juan, Hernando y Gonzalo Pizarro. Luego las fuerzas de Manco Inca tomaron posesión de la Fortaleza de Sacsayhuamán, pero cometieron el error de sitiar por diez meses el Cusco, cuando lo más conveniente habría sido aniquilar a los españoles en un asalto fulminante. Desde Lima, Pizarro envió cinco ejércitos para sofocar la rebelión cuzqueña, sin embargo, la gran capacidad del general quechua Quizu Yupanqui acabó con éstos en victoriosas batallas en la sierra central, desde donde venía en marcha incontenible hacia la recientemente fundada ciudad de Lima.
En el Cusco, la situación militar era tan desesperada que los españoles recurrieron a una estratagema, que a la postre sería su salvación. Simulando una retirada general tomaron el camino del Chinchaysuyo, y cuando los quechuas tomaron sus emplazamientos para perseguirlos, los contraatacaron con su caballería y artillería causando gran mortandad. En medio de la confusión los sobrevivientes se refugiaron en la fortaleza de Sacsayhuamán. El ataque español contra la fortaleza no se hizo esperar. Hernando Pizarro ordenó tomar la célebre fortaleza. Tres días con sus noches tomo tan amarga misión, hasta que los hispanos lograron su objetivo. Incontables fueron las pérdidas humanas, tanto de nativos como de españoles. Merece recordarse  por su valor indómito y entereza moral a un orejón quechua que prefirió arrojarse al vacío antes que sufrir la humillación de la derrota. La posteridad lo recuerda con el nombre de CAHUIDE, aunque su verdadero nombre es Titu Cusi Huallpa. Asimismo, entre la veintena de caídos españoles estaba Juan Pizarro, hermano del conquistador.
EL ATAQUE A LIMA
Simultáneamente al asedio del Cusco por Manco Inca ocurrió el asalto a Lima, a manos de las tropas quechuas dirigidas por el brillante general cuzqueño Quizu Yupanqui. Este, en su marcha hacia Lima derrotó a las expediciones enviadas por Pizarro para reforzar la ciudad imperial que estaba en peligro por el cerco de Manco Inca y de este modo ayudar a sus hermanos que estaban en peligro extremo. En el valle del Mantaro, Quizu Yupanqui reclutó a miles de Huancas, quienes en contra de su voluntad fueron enrolados en el ejército quechua. De allí Quizu Yupanqui y aproximadamente 25 mil quechuas marcharon incontenibles hacia Lima y bajando por la quebrada del Rímac derrotaron a un destacamento español en la batalla de Ate Vitarte. Ya en Lima, las tropas quechuas se asentaron en las faldas del Cerro San Cristóbal, al norte de la ciudad, en tanto que tropas que descendían por las quebradas del Chillón y Cieneguilla quedaron acantonadas en la desembocadura de estas quebradas, sin que hasta hoy se pueda aventurar una hipótesis de la razón por la que no entraron en combate.
El enfrentamiento era inminente, el asalto a la recientemente fundada capital era cuestión de tiempo. Pizarro era consciente de ello y todo parecía indicar que el final se acercaba, por ello decidió adoptar las medidas más oportunas para la defensa de la capital. Atrincheró por la noche a sus tropas en dos grandes galpones ubicados estratégicamente en las cercanías de la plaza de armas. Al amanecer al día siguiente Quizu Yupanqui y su ejército vadearon el río en medio de un gran vocerío, e ingresaron a la ciudad, y sin resistencia llegaron a la plaza principal. En esos momentos se desató el ataque español por sorpresa, la artillería, la caballería ligera y la infantería desataron la carnicería. El pánico y la confusión se apoderaron de los atacantes. Cuando el combate arreciaba en su momento de mayor fiereza, se dice que Quizu Yupanqui ordenó el ingreso del contingente Huanca para atacar por el sur a los hispanos, pero estos defeccionaron cobardemente y jamás ingresaron en apoyo de los quechuas, de lo contrario los españoles habrían sido aniquilados completamente. La actitud de los huancas es explicable por las irreconciliables rivalidades que esta nación tuvo con los incas desde antes de la conquista. Es en estas circunstancias que Quizu Yupanqui es atravezado mortalmente por una lanza del jinete español Pedro Martín de Sicilia. Al ver muerto a su caudillo, los atacantes emprendieron la retirada, acampando algunos días al otro lado del río, pero luego desaparecieron repentinamente al no tener un jefe que los dirigiese.
Libre de acechanzas, Pizarro decidió enviar una expedición de 500 hombres hacia el Cusco en socorro de los españoles cercados. En noviembre de 1536 se pusieron en camino bajo la dirección de Alonso de Alvarado que pacificó con crueldad el centro y sur del Perú.
FASE DEFENSIVA: REPLIEGUE Y RETIRADA
Conocedor de la nueva realidad, Manco Inca tomó la decisión de replegarse estratégicamente hacia Ollantaytambo, para luego, -al observar la recuperación de posiciones de sus enemigos, específicamente de los almagristas que por aquella época acababan de derrotar a los ejércitos de Pizarro, en el marco de la Guerra Civil suscitada entre ambos conquistadores-, terminar por retirarse a las agrestes e inhóspitas selvas de Vicabamba, lugar desde donde organizará una verdadera guerra de guerrillas contra el invasor, conflicto que abarcará una vastísima área geográfica a lo largo de 1500 kilómetros, desde Huanuco hasta el Collao, y que solo se apagará a causa de la vil traición, cuando el año 1544, Diego Méndez, uno de los refugiados almagristas -que habían escapado de las represalias que sobre ellos pesaba luego de la batalla de Chupas- dio muerte al caudillo Inca apuñalándolo en su reducto de Vilcabamba. Al ser capturados, estos almagristas morirán espantosamente al ser quemados vivos.
De esta manera, con la muerte de Manco se terminaba un capítulo en esta larga y gloriosa lucha de resistencia ante el invasor hispano, pero pronto, no habría de pasar mucho tiempo para que los himnos de guerra volviesen a oírse en el destrozado imperio de los Incas, está vez bajo la conducción y el liderazgo de los hijos de Manco Inca, los célebres INCAS DE VILCABAMBA.
LOS INCAS DE VILCABAMBA
SAIRI TUPAC (1544 – 1557).- Asumió el reinado cuando apenas tenía 5 años. Provisionalmente gobernaron regentes, los cuales mantuvieron una línea de hostigamiento y beligerancia antihispánica. En 1557, ya en su mayoría de edad asumió el mando del reino, pero luego de negociaciones diplomáticas con representantes del Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, fue convencido por el Español Juan Sierra para que se someta al vasallaje del rey de España, Felipe II de Habsburgo y renuncie a la lucha de resistencia a cambio de mercedes y privilegios; hecho que sin duda opaca su figura histórica, al doblar la cerviz ante los españoles, a cambio de privilegios y encomiendas en el valle de Yucay.
TITU CUSI YUPANQUI (1557 – 1571).- Fue uno de los incas más notables de la dinastía rebelde. Guerrero por excelencia, reinició la lucha militar contra los españoles, llegando a organizar una sublevación generalizada que abarcase desde Quito hasta Tucumán (Argentina), pero fracasó. Posteriormente tuvo acercamientos con los españoles, bautizándose  cristiano y firmando una tregua en 1566, denominada la Paz de Acobamba, según la cual, se permitía el ingreso de misioneros españoles a sus dominios de Vilcambamba. Es famoso por su gran erudición, a tal punto de escribir una crónica de los suceso acaecidos durante la vida de su padre. Su rebelión coincide con el surgimiento del TAKI ONKOY, movimiento de resistencia ideológica, religiosa y política surgido en Ayacucho en 1565, bajo la batuta del profeta indio JUAN CHOCNE, que propugnaba la expulsión de los españoles y el rechazo total a su cultura y religión, además del retorno a la ancestral religión y cultura incaica. Intentó nuevamente encender la llama de la rebelión en todo el Tawantinsuyo, pero fracasó en el intento, sobretodo debido al estado de divisionismo existente al interior de la masa india. Murió en 1570.
TÚPAC AMARU I (1571 – 1572).- Prosigue la lucha de resistencia antiespañola, teniendo que enfrentarse a la ferocidad e insania del Virrey Francisco de Toledo. Éste, a través de fuerzas represivas dirigidas por Martín Hurtado de Arbieto y Martín García de Loyola derrotó al caudillo en la batalla de WAYNAPUCARÁ, logrando fugar, pero entregado a los hispanos por la traición del Cacique Ispaca de la tribu de Momori. Capturado, es llevado al Cusco, y, obligado a comparecer ante el sanguinario Toledo, el Inca lo desaira alegando que éste era solo un yanacona del rey de España. Procesado, es sentenciado vilmente a ser decapitado, ejecución que afrontará con una entereza y un orgullo propio de su estirpe y su linaje real un 23 de Setiembre de 1572 en la plaza mayor del Cuzco, eclipsándose para siempre la gloria del sol incaico.

GUERRAS CIVILES ENTRE LOS ESPAÑOLES
1.    CONCEPTO:     Periodo de luchas y confrontaciones surgidas entre los primeros invasores en los momentos iniciales del proceso de invasión y colonización del Perú.
PERIODIZACIÓN:   Para entender mejor el proceso de las guerras civiles entre españoles vamos a señalar la siguiente periodificación:
GUERRA DE LAS FRONTERAS: Corresponde a los conflictos producidos por ambición territorial y poder político entre los siguientes personajes:
  FRANCISCO PIZARRO VS DIEGO DE ALMAGRO
Causas:
  • Posesión del Cuzco: tanto Pizarro como Almagro aseveraban tener derechos de posesión sobre la capital imperial de los incas, alegando que ésta ciudad se hallaba en su correspondiente gobernación.
      • Fracaso de Diego de Almagro en la expedición a Chile.
      • La prisión de los hermanos de Pizarro (Hernando y Gonzalo Pizarro)
  • Antecedente:          La Capitulación de Toledo. Origen de las rivalidades y desavenencias entre los dos socios de la conquista.
  • Principales Hechos:
A.  Batalla de Pachachaca
Librada en las inmediaciones de Abancay, el 12 de julio de 1537. Victoria de Rodrigo de Ordóñez (capitán almagrista), contando con el apoyo de Paulo Inca, sobre las fuerzas del capitán pizarrista Alonso de Alvarado y los hermanos Pizarro.
B.  Conferencia de Mala
Celebrada el 13 de setiembre de 1537 en el sur de Lima. Ambos ex socios se entrevistan para dar una solución pacífica al conflicto. Almagro había traído a Hernando Pizarro en calidad de rehén, en tanto Gonzalo Pizarro y Alonso de Alvarado habían quedado prisioneros en el Cusco. El mediador fue el mercedario Francisco de Bobadilla. Se acordó lo siguiente: Esperar al comisionado del Rey para que informe sobre el fallo definitivo acerca del Cuzco, en tanto Pizarro le propone a Almagro mantener provisionalmente el control del Cusco mientras el Rey emitiese su veredicto final, a cambio de dejar libre a Hernando Pizarro, proposición que fue aceptada. Sin embargo, en el Cusco Gonzalo Pizarro y Alonso de Alvarado habían fugado de la prisión y venían a reunirse con Pizarro, hecho que fue aprovechado por Francisco Pizarro para romper las negociaciones y reemprender la lucha con Almagro.
C.  Batalla de las Salinas
Al escapar Gonzalo Pizarro y habiendo sido liberado Hernando, Francisco Pizarro rompió el pacto y atacó sorpresivamente a Almagro cerca del Cuzco, en el campo de las Salinas. La batalla se realizó el 6 de Abril de 1538. Se enfrentaron cerca de mil pizarristas bajo el mando de Hernando Pizarro contra 700 almagristas bajo el mando de Rodrigo de Ordóñez. Almagro logró huir a Sacsayhuamán, pero viejo y enfermo, fue capturado y después de un juicio sumario fue ajusticiado en su propia celda el 8 de julio de 1538, por orden expresa de Hernando Pizarro, su más encarnizado enemigo. Los almagristas derrotados fueron perseguidos y víctimas de crueles represalias. Algunos se refugiaron en Vilcabamba y otros en Lima, en la más absoluta miseria, pero con la firme decisión de cobrar venganza. Antes de su muerte, Almagro el viejo designó por testamento gobernador de Nueva Toledo a su hijo Diego, al que la historia lo recuerda como el Mozo, hijo del caudillo habido con una india panameña. Es en torno al joven caudillo, que los almagristas darán ejecución al plan de asesinar a Francisco Pizarro.

ASESINATO DE FRANCISCO PIZARRO
Los almagristas dirigidos por Almagro el Mozo juraron matar a Pizarro. Las circunstancias se presentaron propicias cuando Hernando Pizarro tuvo que viajar a España y Gonzalo Pizarro emprendió el la empresa de la conquista del país de la Canela o del dorado, que según se decía estaba al oriente de Quito, lo que luego dará como resultado el descubrimiento del río Amazonas por Francisco de Orellana, el 12 de febrero de 1542.
Los almagristas reunidos en Lima en torno Almagro el Mozo, donde eran conocidos con el burlesco y despectivo apelativo de “los de Chile”, planearon asesinar a Pizarro el domingo 26 de julio de 1541, aprovechando que éste iba a salir a misa por la mañana. Al observar que éste no salía, un grupo de doce almagristas dirigidos por Juan de Rada, salieron de una casa situada en la calle judíos y cruzando rápidamente la plaza de armas, al grito de ¡Viva el rey y muera el tirano! Irrumpieron violentamente sobre la casa de gobierno. Viéndose atacado por sorpresa, la mayor parte de pizarristas huyeron dejando al viejo Pizarro al lado de unos  4 o 5 leales, entre ellos su hermano materno Martín de Alcántara. En medio de la trifulca y a pesar de la obstinada defensa de su vida, Pizarro será estocado mortalmente en la garganta por Juan de Rada. Inmediatamente después el cabildo reconoció como Gobernador del Perú a Almagro el Mozo, quien es considerado como el Primero gobernador mestizo del Perú.

GUERRA ENTRE ALMAGRO EL MOZO  Y EL COMISIONADO
Ante los sucesos que venían acaeciendo en sus colonias americanas, la corona española otorgó los plenos poderes de gobierno del Perú al magistrado de la Audiencia de Valladolid, don Cristóbal Vaca de Castro. Éste, después de desembarcar en Popayán, y al enterarse de la muerte de Pizarro, avanzó sobre el Perú con el propósito de gobernarlo y pacificarlo en caso Almagro el Mozo desistiese de ceder el poder. El enfrentamiento decisivo se realizó en la pampa de Chupas, Ayacucho el 16 de Setiembre de 1542, donde Almagro el Mozo fue derrotado debido a la traición del jefe de la artillería Pedro de Candia y a la deserción y la cobardía de otros. Tratando de refugiarse en el Cusco, fue capturado y ajusticiado en la misma plaza donde cuatro años antes había sido ejecutado su padre. Pacificado el Perú, Vaca de castro gobernó entre Setiembre de 1542 a Diciembre de 1543. Creó el Arzobispado de Lima, considerado el primero de América, siendo el primer arzobispo Fray Gerónimo de Loayza.

GUERRA DE LAS ENCOMIENDAS: 1544 – 1548
Causa:
Promulgación de las Nuevas Leyes de Indias de 1542 por el que se estipulaba entre sus disposiciones más importantes:
Creación del Virreinato del Perú y fin de las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva Toledo
Supresión del carácter perpetuo de las encomiendas
Principales Hechos:
En noviembre de 1542 la corona decretaba la creación del Virreinato del Perú al promulgarse las 30 ordenanzas que conformaba las nuevas Leyes de Indias. Estas suprimían la perpetuidad de las encomiendas, como mecanismo de defensa del indio, las cuales quedaron reducidas por una sola vida, es decir, iban a estar en propiedad del encomendero solo hasta su muerte, luego de lo cual pasaría a manos del Estado. Esto causó el malestar de los conquistadores encomenderos, provocando una reacción hostil a las medidas decretadas, lo que conllevará más tarde a una de las guerras civiles más terribles producidas en tierras coloniales. La guerra de las encomiendas fue de carácter sudamericano. La corona quería centralizar y robustecer su poder, en tanto los conquistadores que querían mantener la perpetuidad de sus encomiendas, lo cual se constituía en una peligrosa amenaza para los proyectos centralistas de la monarquía.
Al frente del movimiento rebelde se puso Gonzalo Pizarro, el cual era un poderoso y rico encomendero del Cusco y Charcas. EL Cabildo del Cusco lo proclamó Capitán General y Justicia Mayor del Perú. Apoyado por Pedro de Hinojosa, almirante de su flota recién creada y de Francisco de Carvajal, el “demonio de los andes”, organizó uno de los ejércitos más poderosos que tenía como propósito evitar la aplicación de las nuevas leyes de indias.
En Mayo de 1544 llegó a Lima el primer Virrey del Perú Blasco Núñez de Vela. Hombre violento e intransigente, vino a aplicar inflexiblemente las  “Leyes nuevas”. La Real Audiencia en tanto, buscaba negociar con los encomenderos la aplicación gradual de dichas leyes; por ello, ante la intransigencia del Virrey opta por destituirlo el 16 de Octubre de 1544, en lo que se considera el PRIMER GOLPE DE ESTADO VIRREYNAL, deportándolo inmediatamente a Panamá.
El 28 de Octubre de 1544 el ejército de los encomenderos ocupó Lima, y Gonzalo Pizarro fue proclamado Gobernador del Perú. EL Virrey logró escapar en Tumbes y en nombre del Rey organizó un ejército con el cual hacer frente a las fuerzas rebeldes de Pizarro.  El 18 de enero de 1546 se llevó a cabo la BATALLA DE AÑAQUITO, donde el virrey fue derrotado y decapitado en el mismo campo de batalla. La rebelión había ido demasiado lejos, el desafío a Carlos V había llegado al extremo de asesinar a su mismísimo representante, el Virrey Nuñez de Vela. Es en esos momentos que Francisco de Carvajal “el demonio de los andes” le trata de persuadir a que se proclame Rey del Perú, afirmando queel vasallo nunca había de levantar las armas contra su rey, pero una vez tomadas no había de dejarlas nunca”.
Ante esta situación, la Corona envía al Pacificador Fray Pedro de la Gasca en calidad de Presidente de la Real Audiencia de Lima. Hombre sereno y prudente, trató de debilitar la unidad de los encomenderos proclamando desde Panamá un decreto de Amnistía para todos aquellos que desearán volver al bando real. Además señaló su decisión de dejar sin efecto la aplicación de las nuevas leyes, proponiendo en cambio la repartición de nuevas encomiendas a aquellos que desistiesen de seguir apoyando al rebelde Gonzalo. La habilidad política de La Gasca rompió la unidad de los encomenderos, y, su estrategia política no tardó en dar resultados, cuando la escuadra Pizarrista dirigida por Pedro de Hinojosa se acogió al perdón real. Ya en Lima, consiguió el apoyo del jefe de los Dominicos Fray Tomás de San Martín (fundador de San Marcos). Gonzalo Pizarro cada vez se iba quedando solo.
Luego, el encomendero y Capitán Diego Centeno haría lo mismo a la vez que se levantaba en el sur contra el que había sido su líder. El encargado de reprimir el levantamiento de Centeno fue el lugarteniente de Pizarro, Francisco de Carvajal, famoso por su crueldad, conocido como “el demonio de los andes”. El enfrentamiento se produjo en HUARINA, el 20 de octubre de 1547, resultando vencedor Carvajal, pero sin lograr capturar a Centeno, que consiguió escapar.
A fines de 1547 La Gasca reune un poderoso ejército en Jauja y con el apoyo de Sebastián de Benalcázar y Pedro de Valdivia marcharon en busca de Gonzalo Pizarro que se hallaba en el sur. El 9 de abril de 1548 las fuerzas de ambos bandos se reunieron en JAQUIJAHUANA (Cusco). Lejos de ser una batalla, en Jaquijahuana se produjo una vergonzosa y cobarde deserción de los soldados pizarristas a favor de La Gasca. Capturado Pizarro, fue sometido a un juicio sumario por un Consejo de Guerra que lo sentenció a morir decapitado. El demonio de los andes, uno de los pocos que permaneció leales a Pizarro también fue ajusticiado en el campo de batalla, terminando sus días descuartizado.
Pacificado el Perú, Pedro de la Gasca procedió a reorganizar el Virreinato, gobernando entre 1548 y 1549, para luego emprender viaje de retorno a España, dejando el poder en manos de la real Audiencia de Lima, el cual gobernó hasta 1551, año en que llega el segundo Virrey del Perú Antonio de Mendoza, el cual muere un año después, volviendo el poder a la Real Audiencia.
GUERRA DE LOS INSATISFECHOS:  1553 - 1554
Denominada así a la rebelión protagonizada por aquellos encomenderos que no fueron favorecidos en la repartición de encomiendas y recompensas prometida por La Gasca. A eso se suma la disposición de la corona de abolir el servicio personal gratuito del indio, lo cual afectaba severamente sus mezquinos intereses económicos. Frente a esto, el 12 de noviembre de 1553 Francisco Hernández Girón se subleva en el Cusco contra la Real Audiencia de Lima capturando al corregidor del Cusco, Gil Ramirez de Avalos.
Pronto contó con la adhesión entusiasta de casi todo el sur del Perú, y al mando de una pequeña tropa marchó sobre Lima, que estaba casi desguarnecida, sin llegar a tomarla por asalto. Sus temores dieron tiempo para que el arzobispo Loayza y el Oidor Santillán organicen la defensa de la capital y adopten medidas políticas tendientes a resquebrajar la unidad del movimiento. La Audiencia, astuta y hábilmente derogó el decreto de prohibición del trabajo personal indígena y reestableció el inmundo trabajo obligatorio de los indios, con lo cual  quedaba sin justificación el movimiento rebelde y muchos encomenderos desertarán del movimiento. A pesar de ello, se librarán 3 batallas importantes que pasamos a  reseñar brevemente:
VILLACURI (ICA): Victoria de Hernández Girón sobre las tropas de la Real Audiencia
CHUQUINGA (APURÍMAC): Mayo de 1554. Girón vuelve a derrotar al ejército de la Real Audiencia dirigido por Alonso de Alvarado.
PUCARÁ (Puno): Octubre de 1554. Girón es derrotado por el Ejército de la Real Audiencia comandado por el Arzobispo Loayza y el Oidor Santillán. Fuga pero es capturado en Jauja, traído a Lima y luego de un juicio sumario es sentenciado a morir ahorcado.

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