Organización Social de los Incas
La sociedad en el
incanato estuvo organizada a base de clases, pero no con el propósito de
establecer rigurosas diferenciaciones ni con la finalidad de conceder
privilegios a sólo algunos de sus componentes sino con el propósito del
bienestar social, sólo así se explica la unidad lograda por el imperio.
La sociedad inca, fue
jerárquica y rígida. Existieron grandes diferencias entre las clases sociales,
siendo estas diferencias respetadas por todos los habitantes del Imperio. Las
clases jerarquizadas formaban una pirámide donde el inca, con todo el poder, se
encontraba en la cúspide, mientras que el pueblo, que era la gran mayoría,
constituía su base social.
1.
El ayllu. La palabra
«ayllu» de origen quechua y aimara significa entre otras cosas: comunidad,
linaje, genealogía, casta, género,
parentesco. Puede definirse como el
conjunto de descendientes de un antepasado común, real o supuesto que trabajan
la tierra en forma colectiva y con un espíritu solidario.
El «ayllu» fue la base
y el núcleo de la organización social del imperio. Los ayllus creían que descendían de un antepasado común, por lo
cual los unían lazos de parentesco. Este antepasado podía ser mítico o real; y
en todos los casos, los ayllus, conservaban un «mallqui» (momia) al cual
rendían culto y por medio del cual daban sentido a sus relaciones.25 Además del
mallqui, los miembros de un ayllu tenían divinidades tutelares comunes y
tributaban a la tierra de forma común.
Un ayllu
poseía ganado, tierras y agua al
que todos sus miembros tenían
derecho siempre y cuando cumplieran obligaciones establecidas entre los
miembros. Cada ayllu manejaba el
tamaño de sus «tupus» (unidad de
medida de la tierra), cada «tupu»
entregado debía ser trabajado para no perder el derecho sobre la tierra.
En la actividad
agrícola los miembros del ayllu se ayudaban mutuamente; el hecho de pertenecer
al ayllu les daba derecho a recibir ayuda en el caso que su propia familia
nuclear no fuera suficiente; esta ayuda
generalmente se daba en tiempo de
cosecha, siembra o en la construcción de
las viviendas de los recién casados; en estos casos entraba en juego el
«principio de reciprocidad» que obligaba a devolver la ayuda prestada.
En el caso del curaca (jefe del «ayllu»), podía pedir
ayuda para pastar su ganado o trabajar la tierra. Éste estaba obligado a
brindar comida y chicha a los que lo ayudasen pero no
estaba obligado a devolver la
ayuda, por lo cual existía una
reciprocidad asimétrica con éste.
2.
Clases sociales en el imperio incaico: La sociedad Inca, fue jerárquica y rígida. Existieron
grandes diferencias entre las clases sociales, siendo estas diferencias
respetadas por todos los habitantes del imperio. Las clases jerarquizadas
formaban una pirámide donde el
Inca, con todo
el poder, se encontraba en
la cúspide (plana), mientras que el
pueblo, que era la gran mayoría, constituía su base social.
Clases
sociales del imperio incaico
Clases Sociales (Representantes)
Realeza
- Inca
- La Coya: Esposa del
Inca
- El Auqui: Hijo del
Inca y heredero
Nobleza
- Nobleza de
Sangre: Restantes miembros de las
Panacas (parientes del anterior inca).
- Nobleza de
Privilegio: Personas que destacaron por sus servicios; Sacerdotes, Acllas y Altos
jefes.
Ayllu
- Hatun Runa: Tributarios (campesino).
- Mitmaqkuna: Grupos
trasladados para colonizar nuevas regiones enseñando a los pueblos nuevas costumbres.
- Yanas: Servidores del
Inca y del imperio.
- Pinas: Prisioneros de guerra dependientes del Inca que no eran escogidos como
Yanaconas.
3.
La nobleza inca
En el imperio existían
dos linajes principales, Hanan Cuzco y Hurin Cuzco, de los cuales provenía el Sapa Inca o monarca.
Cada vez que un inca moría
había inestabilidad política
entre estos dos linajes y la descendencia del último monarca por el poder. Cuando se instituía al
nuevo inca, éste conformaba un nuevo linaje propio o panaca. Hubo al menos una docena de panacas en el imperio, cuyos miembros tenían varios privilegios.
La nobleza de sangre en
el imperio incaico se estima al momento de su caída en más de 10.000 individuos repartidos en diferentes partes
del territorio, que cumplían funciones administrativas y militares. Parte de las estrategias
utilizadas por los incas para someter a otros pueblos, luego de enfrentamientos militares, era establecer
alianzas matrimoniales entre los caciques locales y las hijas o
concubinas del inca a modo de crear lazos que permitieran la pacífica
ocupación. También era habitual que el cacique entregara a sus hijas al Inca,
las que se enviaban directamente al Cuzco para formar parte de su harén.
4.
Las panacas
Las panacas eran
linajes de descendientes directos de un inca reinante, excluyendo el sucesor y conservaban la momia del inca
fallecido, al igual que sus memorias, quipus, cantares y pinturas en recuerdo
del finado de generación en generación. Estas panacas reales formaban la élite cuzqueña. Tuvieron
un rol en la política del
incanato y sus alianzas y enemistades
fueron cruciales para la historia
de la capital inca.
Se dice que hubo otras panacas, que tuvieron un
papel importante en épocas anteriores.
Una nota curiosa acerca de las panacas, es que si se le añaden las panacas tradicionales, se obtiene un total de 8
panacas por cada dinastía, el cual es un número frecuente en la organización
andina de los ayllus por ser un múltiplo de la dualidad y de la cuadruplicación
5.
Hatun runa
Eran el grueso
de la población que iniciaba su
servicio al estado con la
mayoría de edad, de ahí
su significado «hombre
mayor». Eran la población
común del imperio incaico que
estaban dedicados a las actividades de ganadería, agricultura,
pesca y artesanía; eran la fuerza
de trabajo. Se podía disponer de ellos para servir en el ejército y trabajar las tierras del estado, también podían
ser nombrados «mitmaqkuna» o «yana».
Hasta antes de casarse, los padres eran los
que designaban el trabajo a sus hijos. Posterior al matrimonio el
hombre adquiría responsabilidades con el
estado. A partir del matrimonio los «hatun runa» debían prestaciones al estado
para toda su vida. Pero antes de eso los niños iban teniendo obligaciones
menores que iban incrementando en responsabilidad con la
edad. Existieron adolescentes a los
cuales se les encargaba la tarea del acarreo
de cargas para el estado y
el ejército; a los
adultos mayores se les encargaban
tareas auxiliares en las que se requería mayor criterio.
6.
Los Mitmaqkuna
Fueron pobladores que
eran trasladados a otras regiones junto con sus familias y bajo el mando de su jefe étnico, estas poblaciones
permanecían en territorios alejados por un tiempo determinado cumpliendo tareas
asignadas por el estado o por sus mismos jefes. Estos grupos no perdían
sus derechos comunales, además mantenían
lazos de reciprocidad y parentezco. Según las crónicas, los «mitmaqkuna» mantenían sus vestidos y tocados utilizados en sus
pueblos de origen, además se trasladaban llevando consigo sus bienes.
Se trataba de
poblaciones trasplantadas con el objetivo de producir bienes que luego
serían redistribuidos. En algunos casos
la población era trasladada como muestra de confianza y en otros como castigo;
la diferencia radicaba en las condiciones de vida de unos y otros (castigados y
premiados). Cieza de León afirma que existieron miembros de la élite cuzqueña
que fueron trasladados con sus familias para enseñar el idioma y tradiciones
incaicas, estos eran elegidos como
muestra de confianza y se les daba «chacras», casas, dádivas, objetos de
lujo, honores e incluso mujeres en señal de recompensa por tener que
viajar lejos del Cuzco.
7.
Yanakunas
Los «yanakuna» o
simplemente yanas, son un grupo
poblacional difícil de difinir en tanto que eran poblaciones
extraídas de su grupo étnico para labores específicas pero que en algunos casos
tuvieron funciones gubernamentales
importantes llegando, en algunos casos, a ser curacas y a tener inclusive
«acllas» otorgadas por el inca.
Básicamente los «yanakuna» fueron
población escogida por sus
habilidades para prestar un servicio
especial, se documentan grupos
yanakuna llevados desde Chan Chan al Cuzco para sus servicios metalúrgicos, así como
grupos Cañaris trasladados al valle de Yucaypara el cultivo del maíz. En el caso de la producción maicera de los cañaris de Yucay, sirvió para
la alimentación directa de las panacas cuzqueñas.
La población «yana»
también era entregada por el Inca a otros curacas para servicios especiales, en
este caso hacían lo que ordenaba la persona a las que estaban a cargo. Los
yanas estaban repartidos en casi todo el imperio, se documentan «yanas» al cuidado de las momias de los
soberanos incaicos; asimismo el sol y las huacas tenían «yanas» a su servicio
(Cieza de León describe a los yanas al cuidado de las huacas de «Huanacaure» y
«Huarochirí»).
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