Terremoto de Lima de 1655
El epicentro se ubicó a
50 km al oeste del puerto del Callao y a 30 km de profundidad.
El Terremoto de Lima y
Callao de 1655 ocurrió el 13 de noviembre de 1655 ocasionando gran destrucción
en ambas ciudades. Gobernaba entonces en el Perú el virrey Luis Enríquez de
Guzmán, Conde de Alba de Liste.
Aproximadamente a las
dos y media de la tarde de aquel día los limeños sintieron que la tierra se
movía con gran sacudimiento y mucho ruido. Se desplomaron muchas casas y
edificios, entre ellos el del Seminario Conciliar de Santo Toribio. Se abrieron
dos profundas grietas en la Plaza Mayor y en el Colegio de Nuestra Señora de
Guadalupe, de la orden franciscana, y quedó en escombros la Iglesia de la
Compañía de Jesús del Callao, que era de cal y canto, pereciendo un hermano
donado que hacía en ese momento la señal de la plegaria.
Se notó que el origen
del seísmo venía del lado del océano, por los graves daños que ocasionó en la
isla San Lorenzo, frente al Callao, sede de un presidio. Allí altos peñascos se
desplomaron en el mar con gran estruendo. Se calcula que la intensidad en San
Lorenzo y Callao fue de IX (MMI) y en Lima de VIII (MMI).1 La conmoción se
sintió por 100 leguas de costa de norte a sur y por 50 de este a oeste.
Las réplicas del seísmo
se sucedieron por varios días y los habitantes de Lima optaron por pernoctar en
las huertas, plazas y patios, por temor a que volviera a producirse otro gran
sacudimiento que terminara por derrumbar lo que quedaba en pie.
Aprovechando la
coyuntura, el célebre padre jesuita Francisco del Castillo recorrió la ciudad,
predicando la necesidad de hacer penitencia, con el fin de aplacar la ira de
Dios. Se organizaron procesiones y otras manifestaciones de fe colectiva.
Fuente: wikipedia.org.
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