La agricultura en la cultura Maya
EL MAÍZ
Las
grandes civilizaciones de Mesoamérica -mayas, mexicas, toltecas, zapotecas,
mixtecas y olmecas- no habrían podido existir sin el maíz que fue el auténtico
eje de su agricultura y la base de su alimentación. Vivían de y para él, por lo
cual estaba profundamente engranado a todos los aspectos de su vida, desde la
mitología y la religión hasta la medicina.
Para la
cultura maya el maíz fue lo más importante. Era la base de su alimentación
diaria, la causa de sus grandes avances astronómicos y calendáricos, el motivo
de su religiosidad y arquitectura, y el material con el que los dioses formaron
sus huesos y sus músculos. Toda su vida giraba a partir del maíz. Era el
epicentro del mundo maya.
Las
cosechas de maíz permitían no sólo alimentar todo el año a sus cultivadores,
sino también generar excedentes para sostener a la elite gobernante de
sacerdotes, astrónomos, guerreros, escribas, funcionarios públicos y artistas.
Además, al tener garantizada la subsistencia, los campesinos podían dedicar
tiempo a la construcción y conservación de caminos, murallas, templos, plazas,
palacios y grandes conjuntos arquitectónicos.
Los
mayas consideraban que el maíz fue una dádiva de los dioses a los hombres, y
que cultivarlo era un deber sagrado. Según el Popol Vuh, libro sagrado de los
mayas, el ser humano fue hecho de maíz después que los dioses hubieran
intentado crearlo de madera y de barro. Aún hoy, el maíz continúa siendo
fundamental en la dieta del pueblo maya, tanto que muchas veces representa más
de la mitad, o hasta el setenta por ciento, del consumo diario de alimento.
Los
antiguos mayas fueron básicamente agricultores, dependían de la agricultura
para su subsistencia, especialmente la agricultura aplicada al cultivo del
maíz, y por eso el tiempo en sus diversas manifestaciones en el cambio de las
estaciones, la entrada y salida de las lluvias revestían una importancia
enorme. Su calendario, una de las conquistas más brillantes de la mente humana,
se debió originalmente a esas necesidades: saber el tiempo preciso en que
debían desmontar, rozar, sembrar y cosechar.
La misma
religión maya fue concebida alrededor del cultivo y de las deidades que
gobernaban su crecimiento: los dioses de la lluvia, los dioses del viento, los
dioses del sol, guardianes de la milpa (campos sembrados, generalmente, de
maíz, frijol y calabaza) y del crecimiento de la planta de maíz.
Para su
cultivo emplearon un método muy simple, practicado aún hoy en día, que consiste
en derribar árboles y quemarlos junto con la maleza, sembrar el grano y cambiar
el sitio de las milpas después de unos dos o tres años con objeto de obtener
siempre un rendimiento alto de la tierra. Además del maíz, los mayas cultivaban
el frijol, algunas variedades de calabaza, la batata o camote, el tomate, y la
yuca o cazabe y completaban su alimentación con animales que cazaban o pescaban
y con hierbas comestibles y frutos propios de la región (jícama, aguacate,
papaya, guayaba, etc.). La caza del jaguar y del venado proporcionó a los mayas
pieles para hacer capas y sandalias, y la de las aves una gran diversidad de
plumajes que utilizaban como adorno.
El maíz
se preparaba, hirviéndolo o remojándolo en agua con cal que luego era drenado;
mientras se encontraba húmedo, se molía en un metate con una piedra de moler o
a mano. La masa resultante se mezclaba luego con agua y chile para hacerlo más
espeso palmeándolo para hacer tortillas que comían compaña das de frijoles y
chile.
Su dieta
estaba compuesta en un 75% de maíz y aunque pueda suponerse monótona y pobre,
es insospechadamente amplia y variada. Fuera de las tradicionales tortillas,
tenían más de cuatrocientas formas distintas de preparar el maíz. Mezclado con
frijol (rico en proteínas, hierro y otros minerales), calabaza (con un alto
contenido de grasas y proteínas) y chile (que suministra prácticamente todas
las vitaminas necesarias para el hombre) integra una nutrición muy completa;
sobre todo si se le adicionan proteínas de origen animal y las muchas y muy
diversas frutas, verduras y tubérculos procedentes de los huertos familiares.
El maíz
también era ampliamente utilizado en medicina popular contra la hepatitis, la
hipertensión, la diabetes, la menorragia, los padecimientos renales, los
cálculos, el reumatismo, las verrugas, los tumores y otras enfermedades. Se
aplicaba en forma de cataplasmas, cocciones, ungüentos y emplastos. La infusión
de los denominados cabellos de elote, filamentos que crecen al extremo de la
mazorca, era un excelente diurético.
Los
mayas actuales siguen cultivando el maíz como hace mil años, con el sistema de
roza, tumba y quema. Todo tiene que hacerse dentro de un calendario agrícola
muy preciso, en la temporada seca y antes de que lleguen las lluvias. Si fallan
los cálculos, será imposible preparar el terreno, o el sembradío se perderá por
falta de agua.
La milpa
maya no era, como pueda pensarse, un monocultivo de maíz entremezclado con
fríjol. Al contrario, incluía hasta veinte o treinta plantas rastreras,
arbustivas, arbóreas y trepadoras muy variadas; por ejemplo, sandía, melón,
macal, tomate, jícama, camote, y desde luego, calabaza. En los huertos
familiares integrados a la vivienda también se obtenía una gran diversidad de
productos.
Sus
creencias reflejan el gran poder y valor que se le confería al maíz. Derrochar
maíz era una falta grave y abandonar la siembra del maíz también podía ser
objeto de castigo. Los mayas tenían un dios del maíz llamado Yum K‘aax, al que
se representa como un hombre joven, de larga cabellera -sin duda por relación
con los largos filamentos o cabellos de las mazorcas-, hermoso rostro con el
clásico perfil maya y un tocado en la cabeza hecho con una espiga de maíz
rodeada de hojas.
Yum
K'aax era una deidad pasiva e indefensa, víctima de todo género de agresiones
por parte de pájaros, insectos o roedores, y cuya supervivencia dependía de la
lluvia. Pero el hombre era un aliado del maíz. Con sus ritos atraía la lluvia
sobre el grano, lo libraba de hierbas que le robaban espacio y nutrientes,
ahuyentaba las plagas y, sobre todo, le daba vida al plantarlo. En
contraprestación a sus buenos servicios, el maíz lo alimentaba.
En un chat con Entrepreneur India, Abhesh Verma, COO, nexGTV compartió su visión sobre el impacto de la revolución 4G y el creciente espacio OTT en India.
ResponderEliminarhttps://yusaad.com/ottplayer-para-pc/