CABEZAS TROFEO DE LA CULTURA NAZCA



Estos tuvieron su origen en las culturas Chavín y Paracas. Para elaborarlas, se sacaba el cerebro por la base del cráneo, luego, la boca era cosida o cerrada con espinas, y se hacían un pequeño hueco en la frente, por donde pasaba una cuerda para que pudiese ser colgado. Se cree que hacían esto los Nazca, para hacer ritos con relación a la fertilidad de las tierras. Por último, los Nazca elaboraron, como parte de la indumentaria ritual, tambores que eran decorados con escenas o dibujos míticos, y de animales estilizados, todos de características policroma. El parche era colocado en la parte de abajo y para hacerlo sonar, se ponía de costado. Antes que el guerrero o la tropa ganadora se colgara la cabeza trofeo, el sacerdote de dicha tropa tomaba la sangre de la cabeza y luego se procedía a lo dicho anteriormente.
Las culturas pre incas estuvieron de un modo u otro ligadas a la costumbre de cortar cabezas de sus enemigos y de ostentarlas como elemento de poder. En la cultura Nazca la preparación de estos trofeos, no solo se llevaba a cabo con mucha frecuencia sino que tomó un carácter habitual y se convirtió en una obsesión para los nazquenses.  Las Cabezas Trofeo de la cultura Nazca no eran reducidas, como las del las tribus jíbaras. Mantenían su tamaño original o similar y son identificables por el orificio que llevan en la frente, que se realizaba con el fin de hacer pasar por él la cuerda trenzada para transportarlas.
Para la preparación de la Cabezas Trofeo solían quitar el hueso occipital, para retirar la masa encefálica. La piel y el cuero cabelludo eran levantados para aplicar una sustancia resinosa especialmente preparada, despues se le devolvía a su posición original. Los ojos y los labios se cerraban con espinas de cactus.

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