FASES DE LA CULTURA MOCHICA


Larco Hoyle caracteriza cada una de las fases con las siguientes particularidades:
FASE MOCHICA I
La cerámica es pequeña, de aspecto sólido, en algunos casos de forma lenticular; de asas proporcionales y circulares con picos cortos y fuertes rebordes. Las formas comunes son : vasos retratos, antropomorfos de cuerpo entero, zoomorfos, fitomorfos, cántaros sencillos con asa de estribo. Colores crema y rojo, crema y ocre, rojo, crema y anaranjado; crema y negro. Hay una influencia de la decoracion negativa. Los motivos más comunes son los puntos grandes, los círculos, rombos, cabezas de lagartijas estilizadas, triángulos con círculos concéntricos, signos escalonados, bandas cuyos temas pictóricos en colores están delineadas por incisiones.
FASE MOCHICA II
El grosor de las paredes disminuye. La cerámica se alarga y no se observa tendencia en darle la misma altura que ancho, se inicia con esto la esbeltez de los vasos. El asa y el pico crecen proporcionalmente, y mientras el asa no pierde la forma redondeada, el pico pierde el reborde pronunciado, quedando tan sólo un pequeño ribete. Existen vasos retratos, antropomorfos de cuerpo entero, fitomorfos y zoomorfos. Predominan los colores crema y rojo, crema y ocre, rojo y crema plomizo, marrón y anaranjado, crema y ocre.
 Área de influencia de la Cultura Mochica
FASE MOCHICA III
Se inicia el refinamiento de esta cultura. Las paredes de los vasos se afinan sin perder su solidez, el ceramio está cubierto por una fina capa de engobe cuidadosamente pulida. Los hornos abiertos con abundante oxigenación fueron perfeccionados. La cerámica es un poco más grande que Mochica II. Los recipientes son de mayor capacidad. Las asas y los picos se afinan notablemente, siendo las primeras elípticas y los picos pequeños, acampanulados y con reborde casi imperceptible. Los ceramios son de líneas armónicas y proporcionadas. Las esculturas antropomorfas son verdaderos retratos de personas. La escultura religiosa adquiere importancia.
FASE MOCHICA IV
Los motivos escultóricos y pictóricos se multiplican y adquieren mayor complejidad. El artista mochica trata de perennizar en su cerámica no solamente los asuntos comunes de su vida diaria, sino también las actividades de sus instituciones organizadas. El rico acervo de su vida espiritual es sintetizado en las escenas pictóricas que cubren los numerosos vasos de caracteres religiosos. Los vasos se alargan y también proporcionalmente el asa, que ya no es chata sino, redonda o ligeramente angular. La mayoría de los picos son largos y rectos, aunque hay algunos más angostos en la punta con bordes levemente afilados.
FASE MOCHICA V
La cerámica de este período, por sus formas y decorado, constituye el "arte barroco" de la cultura mochica. Se reduce en tamaño pero el asa se alarga, siendo el pico más pequeño. El asa toma una forma triangular acentuada y el pico es de naturaleza troncocónica con bordes afilados del interior hacia afuera. Las representaciones geométricas abundan. El motivo escultórico pasa a segundo plano, desplazado por el arte pictórico.


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