LANZÓN CHAVÍN
En
el centro del templo, dentro de un crucero subterráneo, está la escultura de
una Gran Imagen, que era el personaje sobrenatural más importante del lugar.
Algo equivalente a una divinidad. Es un ser antropomorfo, es decir con
atributos propios de los seres humanos, pero dotado de rasgos de poder y fuerza
que no tenemos los humanos: la boca con dos inmensos colmillos, las manos y los
pies con garras, los cabellos y las cejas convertidos en serpientes vivas.
Tiene
un tocado -o moño- formado por cabezas de grandes serpientes o felinos, y un
cinturón de la misma composición. Está vestido con una "cushma" que
termina en flecos a la altura de las rodillas, una esclavina sobre los hombros
y adornado con grandes aretes anulares, un collar de muchas cuentas, pulseras y
ajorcas. En la crisma tiene un pequeño hoyo circularon una protuberancia
central, conectado con la parte superior del ídolo y encima de la nariz tiene
una especie de ave o murciélago
El
ídolo está clavado en el centro de un pequeño espacio de planta cuadrangular,
en el centro de una galería oscura, en forma de cruz: a los lados -norte y sur-
hay dos celdas angostas y atrás -al oeste- otra parecida. En las celdas hay
unos pequeños nichos en las paredes y unas clavas salientes, como si hubiesen
servido como soportes para alguna forma de iluminación. La celda trasera tiene
un tubo que se dirige hacia el oeste y que permitía oxigenar el recinto
cerrado.
Hacia
el oriente hay un largo pasaje, de más de 12 m de largo, que nace en un
vestíbulo que hay en la entrada al subterráneo. Allí, frente al ídolo, a 12 ms,
hay un tubo de 40 cm de lado -cuadrangular- por donde entran aire y luz desde
el exterior, por las mañanas, todo el año.
El
sol penetra por este tubo, muy temprano, y permanece por unos minutos; algunos
días que penetra más y otros menos; hay meses cuando apenas entra la luz hasta
unos pocos centímetros dentro del tubo y no llega al pasillo.
En
su estado original-previo a su desmoronamiento en el s. IV a.C.- el tubo pudo
captar una mayor iluminación, debido a que el talud del muro era mayor que el
actual. De ese modo, una o dos veces en el año, la galería podía estar
iluminada, aún más si -como hacían los incas en el Qorikancha- cubrían los
muros o parte del piso con láminas de oro que reflejaran el sol.
Es
muy poca gente la que puede estar junta dentro del crucero. Desde las celdas
laterales se puede apreciar la imagen del lanzón si se ilumina desde el Este;
desde atrás sólo se ve la sombra del ídolo y quien estuviera adelante, cierra
el acceso a la luz que viene del Este. Desde luego, puede verse también si se
llevan antorchas, sólo que en un ambiente tan cerrado, el humo de las antorchas
puede ser muy tóxico.
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