LA CERÁMICA DE VICÚS
Cuando escribimos esta
Historia, las piezas de cerámica de V1cús eran pagadas en Holanda o en Estados
Unidos con varias decenas de miles de soles.
Quizá fue la naturaleza
de la arcilla, o la técnica utilizada, pero el hecho es que muchas de las
piezas parecen de fina porcelana por su
acabado, perfección, belleza y tesitura.
La gente de Vicús hizo
dos clases de cerámica: unas para uso doméstico y otras de tipo ornamental.
Las primeras que eran
generalmente ollas, cantarillas, vasijas y cuencos fabricados en gran
abundancia, tienen las paredes gruesas para lograr su resistencia al uso. El
acabado es corriente y la pasta gruesa de color negro, o rojo-anaranjado o
marrón-anaranjado. No tenían decoraciones ornamental salvo algunas veces
dibujaron hechos con punzón.
La cerámica ornamental
se inspiró en todo el mundo físico y social que rodeó al hombre de Vicús. Sus
realizadores fueron verdaderos artistas, poseedores de una escuela y entilo
propios, que pasaron de padres a hijos, comunicando de generación en generación
el secreto de la técnica.
Todas las manifestaciones de 1a vida, fueron
trasladadas a las hermosas piezas de arcilla y por eso se ha podido conocer en
gran parte como vivían esos antiguos piuranos.
Hans Horkheimer el
arqueólogo alemán que en 1940 fuera traído al Perú por la Universidad de
Trujillo y que se quedó en nuestra patria estudiando el pasado, no cree que “la
región piurana haya sido colonizada ni ocupada por los Mochicas, los que en 300
kilómetros que se interponen entre los valles del Jequetepeque y del Piura,
dejaron sólo escasas huel1as de su bri1lante cultura, en especial de su cerámica de noble realismo”. Esta
opinión fue compartida por un estudioso
del pasado de Piura, de muy autorizada opinión como lo fue Carlos Robles
Rázuri.
De acuerdo a esta
teoría, toda la obra de Vicús sería producto de su propia creatividad lo que la
haria más meritoria.
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