Firma del Contrato Grace 25 de Octubre
Resumen
El proyecto de convenio de Michael Grace y sus principales cláusulas del
contrato. Llamado
también contrato Aspíllaga-Donoughmore (por haberlo firmado Ántero Aspíllaga y
Lord Donoughmore), fue suscrito el 25 de octubre de 1888 entre el gobierno
peruano y el Comité Inglés de Tenedores de Bonos de la Deuda Externa del Perú,
por el cual esta entidad liberaba al Perú del pago de dicha deuda, a cambio de
la entrega de la administración de sus ferrocarriles por 66 años, entre otros
concesiones.
Se
denominó Grace, pues
el representante de los bonistas ingleses y redactor primigenio del proyecto de
contrato fue Michael P. Grace, un hombre de negocios de origen irlandés. Fue
sometido su aprobación al Congreso de la República, abriéndose un amplio e
intenso debate sobre sus ventajas y desventajas para los intereses de la
nación.
Durante varios meses se
fue prorrogando su aprobación en el parlamento, por obra de una minoría
parlamentaria combativa, hasta que el gobierno hizo vacar a estos congresistas
y nombrar a otros, logrando finalmente la aprobación en octubre de 1889. Los
bonistas ingleses crearon la compañía The Peruvian Corporation para la
explotación de los ferrocarriles peruanos.
Contexto
Después de la guerra
con Chile e iniciado el proceso de Reconstrucción Nacional, el Perú se vio
frente a una cuantiosa deuda externa proveniente de los empréstitos de 1869,
1870 y 1872, que llegaba a la enorme suma de 51 millones de libras esterlinas,
lo cual, obviamente, resultaba imposible de pagar pues equivalía en varias
veces todo el presupuesto de la República. Los acreedores amenazaron con
requisar al Perú sus exportaciones, si es que el gobierno peruano no se avenía
a transar un acuerdo. Urgía pues, buscar una salida. Por otro lado, el estado
de deterioro de los ferrocarriles hacía necesaria la llegada de fuertes
capitales para restaurarlos y construir otros
El
proyecto de convenio de Michael Grace
A fines de 1886, el
negociante irlandés Michael P. Grace (representante de la Casa Grace), en
nombre de los acreedores extranjeros reunidos en un "Comité Inglés de
Tenedores de Bonos de la Deuda Externa del Perú", presentó al gobierno de
Andrés A. Cáceres el proyecto de un convenio para cancelar la deuda peruana. La
propuesta era que el Estado peruano entregara a los acreedores todos sus
ferrocarriles y obras ferroviarias por 75 años, así como tres millones de
toneladas de guano, dos millones de hectáreas en la selva central, el
privilegio de explotar las minas de cinabrio en Santa Bárbara - Huancavelica,
la explotación del petróleo en Piura, además de la concesión del libre uso de
los muelles a donde llegaban los ferrocarriles, incluida la libre navegación
por el lago Titicaca, y 33 anualidades de 80.000 libras esterlinas.
El gobierno vio con
buenos ojos este proyecto, pues permitía el restablecimiento del crédito del
Perú en el exterior, así como la inyección de importantes capitales para la
restauración de los ferrocarriles y la construcción de otros. El inconveniente
más notorio, y que naturalmente acarrearía la crítica de la ciudadanía, era la
entrega de los ferrocarriles a una compañía extranjera, pero una medida como
esta se consideró justificada, teniendo en cuenta que tales ferrocarriles
habían sido construidos con el dinero de los préstamos de 1869, 1870 y 1872.
Los
opositores
Conocida en el Perú la
propuesta de Grace, se abrió el debate sobre si convenía para los intereses de
la nación aceptarlo. Una posición surgida entre algunos peruanos era que la
deuda debía ser pagada por Chile, ya que este país se había apoderado de los
territorios salitreros y guaneros que habían sido garantía de los empréstitos
de 1869, 1870 y 1872. Sin embargo, de acuerdo al Tratado de Ancón firmado con
Chile y que puso fin a la guerra con dicha nación en 1883, Chile solo se
comprometió a dar a los tenedores de bonos el 50 % del producto del guano en
los territorios cedidos por el Perú, hasta que se agotaran los depósitos
guaneros. Por lo demás, el valor de todos los depósitos de guano no habría
bastado para cubrir toda la deuda derivada de los empréstitos peruanos, por lo
que se precisaba buscar una salida realista, para que no siguiera creciendo la
deuda con sus intereses.
Entre los opositores al
contrato destacó nítidamente José María Químper, antiguo integrante del
Gabinete de los Talentos y entonces diputado por Camaná. Escribió al respecto
un folleto titulado Las propuestas de los tenedores de bonos (1886), donde
acusó al gobierno de Chile de ser el inspirador del contrato; asimismo, sostuvo
que el Perú quedaría atados de pies y manos a los intereses del imperialismo
británico y que la cesión de ferrocarriles era excesivamente entreguista, pues
se otorgaba más de lo que se recibía a cambio. Para Químper, Chile era quien
debía asumir la responsabilidad de la deuda peruana, por haberse apoderado de
los yacimientos guaneros que habían sido la garantía de la deuda peruana,
posición demagógica que, como era de esperarse, fue apoyada rápidamente por la
mayoría de la población peruana. A lo largo de varias legislaturas, este
personaje entabló una lucha enconada para evitar la ratificación del contrato,
siendo una de sus tácticas alargar los debates mediante larguísimos discursos,
uno de ellos de seis horas de duración.
El escritor José
Arnaldo Márquez, a través de su opúsculo La orgía financiera del Perú (que
publicó anónimamente en Santiago de Chile, en 1888), se opuso también al
contrato.
Aceptación
oficial de la propuesta de Grace
Ante la corriente
opositora surgida en el Perú, Grace intentó mostrarse más flexible y presentó
un segundo proyecto por el cual redujo a 66 los 75 años de usufructo de los
ferrocarriles, entre otras atenuantes más.
Estudiada la propuesta
por el gobierno peruano, hubo un primer informe favorable emitido por la
comisión integrada por Aurelio Denegri, Francisco García Calderón y Francisco
Rosas, no tanto por considerar que tuviese ventajas, sino porque no encontraban
otras alternativas posibles ante la crítica situación hacendaria. Otro informe
positivo fue el del fiscal de la nación, Araníbar, mientras que el de su
antecesor, Manuel Atanasio Fuentes (fiscal interino) fue contrario.
Por fecha del 19 de
febrero de 1887, y luego de los estudios y consultas realizados, el gobierno
peruano expidió la resolución suprema donde se aceptaba la propuesta de Grace,
con algunas condiciones. La firmaron el presidente Cáceres y su ministro Manuel
Irigoyen.
Estas
fueron las principales cláusulas del contrato:
A cambio de la
liquidación de su cuantiosa deuda externa, el Perú se comprometió a ceder a los
tenedores de bonos de la deuda externa todos los ferrocarriles del Estado por
espacio de 66 años. Estos ferrocarriles eran los siguientes:
- Mollendo-Arequipa-Puno-Juliaca-Santa
Rosa.
- Pisco-Ica
- Callao-Chincha
- Lima-Ancón
- Chimbote-Suchimán
- Pacasmayo-Guadalupe
- Salaverry-Trujillo-Ascope
- Paita-Piura. Y,
- Callao-Lima-Chosica-Chilca.
Además
de ello, el Estado peruano hacía las siguientes concesiones a los bonistas:
- El derecho de
exportación del guano existente en el territorio nacional hasta tres millones
de toneladas inglesas, así como el sobrante que quedase del 50 % del guano de
islas de Lobos que le correspondía al Perú según el Tratado de Ancón, una vez
que fueran saldadas con parte de ese monto sus deudas con Chile, por
obligaciones y adelantos asumidos por el anterior gobierno de Miguel Iglesias.
- La libre navegación
en el lago Titicaca (aunque las naves debían llevar bandera peruana) y la
propiedad de los vapores de propiedad fiscal que navegaran en el lago
- El libre uso de los
muelles de Mollendo, Pisco, Ancón, Chimbote, Pacasmayo, Salaverry y Paita, para
el tráfico que demandase la construcción y ampliación de las vías férreas.
Por
su parte, los tenedores de bonos se comprometían a lo siguiente:
- A concluir en tres
años el tramo ferroviario de Chicla a La Oroya (ferrocarril central) y en dos
años el de Santa Rosa a Maranganí, y dentro de los dos años siguientes, la
línea Maranganí a Sicuani (ferrocarril del sur).
- A construir dentro de
seis años un total de 160 km más de cualquier otro ferrocarril.
- A reparar y poner en
buen estado de servicio dentro de los dos años siguientes todos los
ferrocarriles que recibían.
- El gobierno peruano
se comprometía a pagar al comité de tenedores 33 anualidades de 80.000 libras
esterlinas cada una.
- Y finalmente, el
comité debía formar y constituir una compañía en Londres, debidamente
registrada, a la que serían transferidas las concesiones, propiedades y
obligaciones impuestas al comité, según el contrato.
Cabe señalar que las
concesiones mineras mencionadas en los primeros proyectos del contrato quedaron
eliminadas. En cuanto a las concesiones de tierras de colonización, estas
fueron autorizadas por una ley y una resolución posterior, aunque en la
práctica no tuvieron resultados de importancia.
Entre los tenedores de
bonos y los gobiernos de Chile y del Perú se celebró el 8 de enero de 1890 un
acta y un protocolo (llamado Elías-Castellón), arreglando todo lo relacionado
con el guano de Tarapacá, directamente afectados en la cancelación de la deuda
externa peruana.
Conclusiones.
El 25 de Octubre de
1888 se procedió con la firma del ''Contrato Grace'', que involucró al Gobierno
del Perú y al Comité Inglés de Tenedores de Bonos de la Deuda Externa del Perú,
donde esta entidad se encargaba de liberar de esa deuda al país pero con la
condición de entregar la administración de sus ferrocarriles por espacio de 66
años.
Tuvo el nombre de
''Grace'' debido al apellido del representante de los bonistas ingleses Michael
Grace. Este contrato se sometió a aprobación por parte del Congreso de la
República, donde se debatió las ventajas y desventajas para los intereses del
país.
Este contrato se firma
después de la guerra con Chile y en plena etapa de la Reconstrucción Nacional,
donde el Perú tuvo una enorme deuda externa que llegaba a unos 51 millones de
libras esterlinas.
Ventajas
y desventajas
La ventaja notoria que
logró el Perú con la firma de este Contrato fue la anulación de su cuantiosa
deuda externa proveniente de los empréstitos de 1869 a 1872, que con intereses
llegaba a una enorme suma que en esos momentos resultaba imposible pagar. La
recuperación del crédito externo y del prestigio nacional era entonces de suma
prioridad para llevar adelante el proceso de Reconstrucción Nacional, que por
entonces inició el Perú luego de la desastrosa guerra con Chile. Asimismo, los
bonistas asumían la obligación de realizar inversiones, capitales estos que
eran muy importantes para el resurgimiento económico del país.
La desventaja palmaria
fue la entrega de toda la red ferroviaria pública a las manos de una compañía
extranjera, primero británica y luego norteamericana. Aquellas vías eran
entonces de vital importancia, pues eran las únicas que conectaban la costa con
el interior del país y sus más importantes centros mineros, teniendo en cuenta
que la minería ha sido tradicionalmente la mayor fuente de divisas del Perú.
Prácticamente quedó pues, bajo control extranjero, la mayor parte de los
recursos del país. Ya vimos también que la Peruvian Corporation no cumplió a
cabalidad su compromiso de ampliar la red ferroviaria, ya que dejó en abandono
muchas líneas.
Asimismo, siguiendo en
el rubro de las desventajas, se ha sostenido con fundamento que en esta
transacción el Perú pagó en demasía, tal como lo dijeron en su momento Químper
y sus partidarios. Años después, el presidente Guillermo Billinghurst, en un
mensaje al Congreso fechado en 1913, aportó cifras tremendamente reveladoras:
el valor de los bonos de la deuda externa peruana, al momento de celebrarse el
Contrato Grace, solo llegaba a la cifra de 2.368.832 de libras esterlinas; este
monto fue cancelado concediéndoles a los bonistas bienes cuyo valor superaba
ese adeudo en más o menos seis veces, ya que se les pagó con bienes que tenían
un valor sumado de 18.204.628 libras, distribuidos así:
- 17.013,680 libras,
que era el precio de los ferrocarriles entregados,
- 650.948 libras en
dinero efectivo abonado a los acreedores, y
- 630.000 libras
pagados a los acreedores en bonos de la deuda externa chilena.
No obstante, queda en
la incógnita si el gobierno de Cáceres pudo haber logrado un acuerdo más justo
y equilibrado con los bonistas, o si en realidad optó por la solución más
realista en ese momento.
Fuentes: wikipedia.org - deperu.com
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