EL MISTERIO DE LAS CABEZAS CLAVAS Y SUS TÚNELES


La zona arqueológica de Chavín de Huantar está formada por un numeroso conjunto de edificios, terrazas, plataformas, túneles, plazas, etc.; construida íntegramente de granito. Entre los que destaca en forma singular, por sus proporciones y grandiosidad, el llamado castillo ó templo de Chavín. Puesto que aun no está demostrado de que si fue construido con propósitos de defensa militar ó es que tenía el carácter religioso y sagrado.
Alden Mason hace la siguiente anotación sobre el famoso Castillo: "A pesar de ser probablemente el edificio de piedra más antiguo que se conoce en el Perú, su arquitectura es extraordinariamente avanzada".
El edificio comprende incluso un sistema de pozos de ventilación, tanto verticales como horizontales, tan eficaz que se dice que todavía proporciona naire fresco a los cuartos interiores: no se puede pensar que esto sea la obra de unos albañiles improvisados. Los muros son gruesos y macizos y están recubiertos de piedras partidas seleccionadas, y rellenas de cascajo.
Los enormes bloques de granito que forman los muros debieron ser transportados desde otros lugares, porque no existen en la región piedras de esta clase.
Es de suponer pues el enorme trabajo y la gran cantidad de gente que tuvieron que poner en movimiento para realizar esta obra.
En su interior hay una serie de pasadizos que hacen recordar a los laboratorios egipcios. Todo el templo está recorrido de un lado a otro por galerías interiores a diversos niveles, con numerosas escaleras de comunicación interna y en algunos recintos hay nichos en las paredes, todas de granito.
En una de esas salas interiores está el famoso monolito de cuatro metros y medio de alto, conocido como el "Lanzón", que ha sido comparado por su forma con la estela gorgónica de Siracusa.
En la parte exterior de estos muros, en todo el contorno, formaban una hileralas famosas cabezas clavas, de aspecto monstruoso, esculpidas también en piedra fijadas en los muros por una espiga, debajo de una cornisa decorada que también recorría todo el contorno de la construcción.
Las habitaciones son por lo general de techos muy bajos, a veces de menos de dos metros de largo, las galerías angostas (un metro)
Los trabajos más importantes de investigación y de limpieza son los efectuados por el sabio Julio C. Tello que inició sus estudios allí en 1919.

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