Organización Socioeconómica de la Cultura Caral


Mar y Valle: Economía Complementaria
Una economía agrícola-pesquera, articulada por el intercambio, sustentó el desarrollo de la Civilización Caral. Los pobladores del litoral pescaron y recolectaron diversas especies marinas, principalmente anchoveta, choros y machas; los agricultores del valle produjeron algodón, mates y especies alimenticias como achira, frijol, camote, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacae, guayaba, maíz, etc.


Ecosistemas y producción:
La población de Caral realizó distintas actividades en los ecosistemas que formaban parte de su medio circundante, para aprovechar los recursos.

En el litoral, la actividad se concentró en la pesca y recolección, en el valle, la agricultura fue la actividad preponderante, en los humedales fue la recolección, pesca y cultivo; en las lomas y monte ribereño, la caza y recolección; y en la terraza aluvial desértica, la construcción con piedra, arcilla, madera y caña.

El rol de la ideología.
Los funcionarios encargados de cada edificio, identificados con determinada deidad, convocaban a la población para la realización de múltiples actividades, de acuerdo con un calendario de celebraciones.

A estas reuniones masivas, de las poblaciones sujetas a los gobernantes, habrían concurrido también grupos de peregrinos y comerciantes, procedentes de diferentes lugares del área norcentral y del resto del país.

Importancia de la especialización.
La población de Caral realizó distintas actividades en los ecosistemas que formaban parte de su medio circundante, para aprovechar los recursos.

En el litoral, la actividad se concentró en la pesca y recolección, en el valle, la agricultura fue la actividad preponderante, en los humedales fue la recolección, pesca y cultivo; en las lomas y monte ribereño, la caza y recolección; y en la terraza aluvial desértica, la construcción con piedra, arcilla, madera y caña.

Actividades complementarias.
Los materiales recuperados de Caral y los otros asentamientos del valle también evidencian la práctica de otras actividades menores, como la recolección y la caza, practicadas para complementar su dieta alimenticia.

Inversión de los excedentes productivos.

 La sistematización de los procesos y las especializaciones generaron excedentes en la producción y permitieron la acumulación de riquezas. El excedente fue invertido en proyectos de beneficio público y en el mantenimiento de las autoridades, funcionarios y los familiares de estos.

La Agricultura y la Pesca, Tecnología y Productos Agrícolas y del Litoral

Hace 5000 años los habitantes del valle de Supe lograron un aprovechamiento intensivo de las especies marinas (pescados y moluscos), mediante el desarrollo de una avanzada tecnología de pesca con redes de algodón, cordeles, anzuelos y embarcaciones.

Esta innovación tecnológica fue posible debido a la alta productividad de los agricultores de algodón del interior del valle. Asimismo, la capacidad económica de los pescadores, como los de Áspero, contribuyó al sostenimiento de la población agricultora del valle.

La economía complementaria, pesquero-agraria, articulada por el comercio que se extendió no sólo a nivel local sino interregional, sustentó al sistema social, promovió la especialización laboral, el intercambio interregional, la acumulación de riqueza y la producción de conocimientos. Fomentó el desarrollo de la ciencia y su aplicación para mejorar las condiciones de vida.

La agricultura fue una innovación tecnológica que aprovechó el potencial combinado de la tierra, el agua y el medio ambiente para producir vegetales que pueden almacenarse; proporciona ventajas sobre la caza y recolecta de plantas nativas.

Su práctica intensiva, en el valle de Supe, benefició a los pobladores porque les permitió obtener fibras de algodón en gran escala y otros productos en cantidades mayores a las necesidades de su consumo, que fueron destinadas al comercio.

Las investigaciones arqueológicas en los asentamientos de la “zona capital” y Áspero indican que los habitantes del litoral y del valle sostuvieron un intercambio permanente de productos.

Prueba este comercio local el consumo de ingentes cantidades de pescados y moluscos en los asentamientos del valle como Caral, Chupacigarro, Miraya y Lurihuasi, así como el uso de algodón y mates, además de zapallo, achira, mate, guayaba y pacae, entre otros, en el asentamiento del litoral.

Con el algodón se hicieron cordeles, redes de pescar, ropa, y con los mates, flotadores. Estos materiales mejoraron la tecnología pesquera y optimizaron su producción

El Comercio y el Manejo Transversal del Territorio y sus Recursos

El manejo transversal del territorio y sus recursos potenció la economía de los pobladores del valle de Supe. Favorecidos por la ubicación central de la cuenca de Supe y su corta extensión entre el litoral y el altiplano (espacio articulador), los pobladores se desplazaron hacia otras regiones y valles del área. El comercio local e interregional permitió el flujo de recursos agrícolas y marinos, así como el intercambio de otros bienes, conocimientos y elementos culturales.


El cambio de anchovetas secas y moluscos (choros y machas) por algodón y otros productos agrícolas, industriales o alimenticios (mate, algodón, frijol, achira, zapallo, camote, etc.), inició la cadena del comercio, que se extendió a las otras regiones. Algunos productos fueron intercambiados a grandes distancias, como el Spondylus de las playas del Ecuador. A Caral llegaron lloque, cactus, perico cordillerano y cóndor de los andes, así como congompe, achiote, tútumo y huarumo de la selva. Este sistema económico también se evidencia en el Áspero, donde se han recuperado numerosos artículos elaborados con materiales exóticos, provenientes de la sierra (palos cavadores de lloque), de la selva (congompe) y de la costa ecuatorial (cuentas de “mullu” o Spondylus).

Fuente Ministro de Cultura del Perú.

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